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SELECCIÓN
De Arnoldo Tauler. Novela en español. Rústica, 296 páginas,
ISBN 0-9714366-5-7, $22.50, noviembre del 2004
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Bella mañana dominical, como para olvidarse de los jodidos problemas
del mundo, y sobre todo, los de este caimán geográfico que
históricamente te ha tocado gobernar. Y estiras los brazos en actitud
de crucificado, aunque no te agrada la comparación religiosa, para
despertar y poner en acción dormidas articulaciones que poco a poco
van respondiendo biológicamente a tus improvisados ejercicios.
Al mirar a través de los cristales de tu dormitorio, en el segundo
piso, te llama la atención la estela espumosa que, rumbo norte,
va dejando el yate que ha salido disparado desde el muelle de Tropas Especiales,
y que ahora gira en dirección a Santa Fe. Tomas los binoculares
de alta potencia que siempre tienes a mano para espiar el horizonte marino
que se observa desde tu búnker, y lo enfocas tratando de descubrir
a la tripulación. Pero el juego de cristales de aumento no logra
definir a las dos personas sentadas en la popa, ni tampoco el nombre de
la nave. Bah, seguramente son oficiales del MININT que van de pesquería
y que, cabrones que son, aprovechan cada instante para dejar sus obligaciones
a un lado y vivir la dulce vida. Y crees que Raúl tiene parte de
razón cuando reclama que un capitán del Ministerio del Interior
vive mejor que un general del Ejército. “Pero, coño, Raúl,
tú no te puedes quejar”. Eso piensas cuando descubres El 26, el
yate que pertenece a tu hermanito. “Lo que pasa, Fidel, es que... Mira,
mi hermano, esa gente del MININT viven mejor que los capitalistas, hay
que ver solamente como visten, los dólares que manejan, los...”
La voz grave de Raúl, engolada a propósito para evitar
sospechas de mariconcito, se va perdiendo en el recuerdo, y enfocas los
binoculares en los muelles, allí donde se balancea el Tuxpan, blanco
y azul, hermosa nave de tres pisos, con sus asientos circulares color carmelita
en la popa, y que el primer teniente Fermín, mantiene siempre lista
para tus viajes a México, y que vino a sustituir al Pájaro
Azul, más utilizado por Raúl para el tráfico de droga
que para veranear. No obstante sus virtudes, ninguno de los dos ha podido
suprimir tus gustos por el Martha II, el que Batista dejó al poner
pies en polvorosa con destino a la guarida de Trujillo. Le puso el nombre
de la esposa para pasear en el yate a sus amantes. Ni por el Cristal, que
le quitaste a Julio Blanco, el dueño de La Tropical. Que se joda,
por capitalista. Ahora todos estos yates son del pueblo. Ejemmm...
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“Una novela que tiene todos los ingredientes del éxito: suspenso,
trama bien concebida y un asunto histórico que no deja a nadie indiferente”.
—Carlos Alberto Montaner, editor, escritor y activista cubano
(Madrid)
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